Tiempo sin reloj…

Hola a Todos, Paz y Bien

Pues ya llegó el VIIIERNES !!! Parecía que no iba a llegar, pero mira tú que ya está aquí, jeje. Además ayer, jueves, fue un día MARAVILLOSO…

Antes de nada, agradeceros todo el Material que me estáis enviando al mail, con talleres, juegos, dibujos para colorear, etc…, a ver si este fin de semana saco un ratito, lo organizo y lo subo a la página de Materiales de Formación.

Hoy retomo el tema de los Cuentos.

Recordáis que hace unas semanas os comentaba que iba a ir rescatando todos los cuentos e historias que tengo por casa? Bueno, pues hoy os quiero pasar una historia real que se llama «El Tiempo sin Reloj».

¿Qué tal os suena el título? Por lo menos llama un poquito la atención, verdad? Recuerdo que esta historia se la envié a una amiga, Pilar, hace unos dos años… un día que estaba un poco estresada con el trabajo.

A ver, sin mentir que os veo, jeje, quién de vosotros no lleva Reloj?? (yo no llevo Reloj… en la muñeca, pero el ordenador tiene reloj, el móvil tiene reloj, los bares tienen relojes por todos lados…).

Os imagináis una vida sin reloj, bueno, mejor dicho, una vida sin «Relojes»? Por si no os la imaginais, os paso esta historia real, donde vemos que todavía es posible vivir sin el Tic, tac, tic, tac,

Un abrazote, de los que cuando te los das no importa para nada el tiempo….

Fer

TIEMPO SIN RELOJ

Mi mejor amigo no lleva reloj. Es una persona ocupada, responsable, eficaz, pero no lleva reloj en la muñeca ni lo cuelga en su pared ni lo tiene en su mesa de trabajo. Es director de un Colegio importante, y lleva su cargo a la maravilla; pero no lleva reloj. Me dice que le basta mirar al cuerpo de los muchachos para sentir cuándo va a acabar la clase, a su propio estómago para ir a comer, y al cielo para levantarse. No necesita estímulos electrónicos para elegir su vida.

Me recuerda que la gente de la comarca se rige por el sol, y sus horarios tienen nombres románticos como «el sol en la copa de los árboles», «la hora de los grillos», «el crepúsculo del polvo de las vacas»… cuando el rebaño vuelve al final del día por caminos abiertos. Poesía diaria.

En un pueblecito que está tocando a la vía del tren por donde pasan constantemente ruidosos trenes, a la gente no les molesta en absoluto su ruido, pero sí distinguen su traqueteo y son subconscientemente conscientes de su paso cuando se trata de fijar el tiempo. Dicen: «Ya pasó el correo de las cinco y media». «Aún no pasó el rápido de las diez menos cuarto». No es que los trenes sean muy puntuales. Tampoco la gente. No lo necesitan.

Un día habíamos ido mi amigo y yo a ese pueblecito precisamente a visitar a unos amigos. (Vamos a inmortalizar el nombre del pueblo: se llama Bhumel). Él me había dicho que tenía que volver a las seis. Al acercarse el tiempo yo empecé a mirar el reloj y a ponerme nervioso. Reaccioné. «Él» es el que tiene que irse a tiempo, y «yo» soy el que me pongo nervioso. Le miré y sonreí. Su presencia me educa. Mi amigo se llama Amal.

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Me encanta eso de poner nombres a los distintos momentos del día. Nada de son las 5:30, o las 22:45…. es la hora «del sol en la copa de los árboles», o la hora del «tren de mercancías», o la hora de «ver a….» y dejarte llevar por las sensaciones, por el entorno: saber cuando acaba la clase por el comportamiento de los alumnos…Ummm, saber cuando tenemos que dejar algo, o tomar algo, por el comportamiento de nuestro propio cuerpo.

Sabéis, en la casa de mis abuelos, en una aldea cercana a Lalín (Pontevedra), todavía se vive un poco esto. Todos los días pasan por delante de la casa unos camiones que reparten semillas y pienso para los animales. Pasan dos o tres veces al día, no lo recuerdo bien… lo que sí recuerdo es a mi tío, un día que pasaba el camión por delante de la casa, diciendo sin mirar el reloj: «Hoy va tarde el del pienso».

Bueno, pues tenemos todo un fin de semana para dejarnos llevar por las sensaciones, por nuestros instintos y dejar a un lado las prisas del reloj… El lunes me contáis la experiencia.

Abrazote

Fer

6 pensamientos en “Tiempo sin reloj…

  1. FER: NO TE CONOZCO PERO SUENAS MARAVILLOSO, SOBRE TODO CON TUS CUENTOS QUE HACEN PENSAR POR RATITOS , PUES QUIERO DECIRTE QUE ANTES MI VIDA DE OFICINISTA ERA REGIDA POR UN GRAN RELOJ, PARA LEVANTARME HACER JERCICIO, DESAYUNAR IR A LA OFICINA, HORARIO PARA MIS NECESIDADES FISIOLOGICAS SINO VALGAME!, QUE MI CUERPO NOMAS NO, JAJA, PERO POR ACCIDENTES DE LA VIDA SE TE CAMBIA Y AHORA SOY MI PROPIO RELOJ YO PONGO MIS HORAS, COMO DICES DESPIERTO CUANDO YA NO TENGO SUEÑO (ADVIERTO QUE NO SOY DORMILONA) HAGO MIS QUEHACERES A TIEMPO, GUISO CUANDO YA VA A LLEGAR MI FAMILIA Y LOS AMO SIN MEDIDA Y SIN RELOJ, SOY MUY FELIZ PUES EN SERIO NO USO RELOJ LO DEJE CON EL RELOJERO
    Y ASI HE VISTO QUE ME DURA MAS LA VIDA. GRACIAS Y LES RECUERDO QUE CADA MOMENTO ES IMPORTANTE EN ESTA LARGA O CORTA VIDA COMO LO QUIERAS VER TIC TAC

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  2. Tess !!!

    Qué chulo lo de… las misas empezaban cuando llegaba la gente y las tiendas cerraban… pues cuando se iba a la gente. Más lógico imposible. Es Genial!!

    Pilar,

    Qué tiempos de trabajo, estrés y prisas… parece que hace un siglo de ellos.

    Releer los cuentecillos es muy bonito, pues, aunque el texto es el mismo, en cada ocasión nos dicen una cosa, verdad?

    Mariachi,

    No vayas a llegar tarde al trabajo por mi culpa, jajaja.

    Mª José… abuelita, jejeje,

    Espero estar entre esas «veces» que hablaste con… Fer

    Un besote

    Fer

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  3. Hola a todos

    Relojes fuera!! yo para mi desgracia dependo mucho de él….y estoy en ese grupo de personas que encima lo lleva 5 min adelantado…..

    y el remate fue hace ya 2 años, cuando mi reloj que tenía desde hacía 13, se estropeó definitivamente, empecé a pensar cuántas veces lo había mirado esperando a alguien, en cuantos exámenes me había acompañado…….bueno,qué disgusto!!, en aquel sentido momento, estaba con un amigo que me recordó que lo importante no eran las veces que había mirado la hora en ese reloj, si no en todo caso valorar el «tiempo» que había pasado desde que lo tenía, y cómo lo había aprovechado…….

    Entonces leyendo el cuento del reloj y el del angelito que también tiene miga, me digo que es verdad! que al final yo no voy a recordar si a las 10.30 compré el pan, a las 17 tomé algo con Eva y a las 9 iba siempre a trabajar…..(eso son datos y no llenan) si no las veces que hablé con la panadera, que quedaba con Eva, que no miré el reloj y me quedé más tiempo sin más con/para/en……..tanta prisa,tanta prisa, difícil pero cierto!!

    Buen día!

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  4. Hola Fernando: ¡Claro que me acuerdo! Y muy bien, por cierto. Tan bien me acuerdo, que tengo guardado el correo. Lo he estado releyendo. Fue el 13 de Febrero de 2.006. ¡Qué tiempos! Dios mío!. La verdad es que eran algo bastante más que estresantes. Me llegó al alma que, entre las mil cosas que tenías que hacer, hubieras sacado un rato para buscarme algo tan apropiado para aquél momento. ¡Qué distinto ahora! No sé si he aprendido a vivir un poquito sin reloj, si he aprendido a buscarme una vida que me deje vivir con menos reloj, o si realmente el tema está en que, aún llevando reloj, he aprendido a consultarlo bastante menos. Sea lo que sea, sí puedo decir que:¡Merece la pena!
    Me alegra que recopiles los cuentos; a mí me encantaban y los echo de menos ¡Cuánto bien me han hecho!
    Me permito mandarte uno que tengo guardado desde hace muchísimo, que me encantó cuando lo leí, o alguien me lo hizo llegar, y que nunca os lo había mandado.

    Se llama «La Tienda del Ángel», y dice:
    Un joven soñó que entraba en un comercio.
    El dependiente era un ángel.
    – ¿Qué es lo que se vende aquí? – preguntó el joven.
    – Todo lo que desee – respondió el ángel.
    – Quiero el fin de todas las guerras del mundo, más justicia para los explotados, tolerancia y generosidad para los extranjeros, trabajo para los parados …
    -Lo siento – le interrumpió el ángel -. Usted no me ha entendido. Aquí no vendemos frutos, sino sólo semillas.

    Qué cierto es que de lo que siembras recoges!!!
    Bueno, me despido como sueles hacer tu con tus maravillosos abrazos: Un abrazo de los que siembran ayuda y recogen amistad.

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  5. Hola a todos

    Llego «la hora de los buenos amigos»

    Me ha encantado el cuento, Fer, como siempre como todo lo que escribes y escribis me ha venido muy bien.

    Yo tengo que reconocer que eso de quitarme el reloj me da un poco de miedo. Me explico, yo antes de ponerme a trabajar, desde que una amiga me dijo que disfrutaba mas del verano quitandose el reloj, hacia lo mismo, llegaba el calorcito, guardaba el reloj y hasta septuiembre. Y la verdad que razón tenía.

    El miedo a llegar tarde al trabajo me ha impedido salir a la calle sin reloj, porque quitarmelo, me lo quito pero solo para cambiarmelo o para ducharme.

    Intentaré a partir de mañana ejarme llevar por el reloj biologico y quitarme el de la muñeca aunque no se si lo conseguire.

    Besotes a todos y buen finde.

    Maria

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  6. ummm, precioso relato!! recuerdo cuando fui a la selva amazónica, nada de relojes, nada de tiempo, pasaba los días estresada con el «ritmo latino», la misa comienza cuando… llega la gente… las tiendas se cierran… cuando se va la gente. Aprendí una importante lección, y es que el tiempo está hecho para las personas y no las personas para el tiempo (no el hombre para la ley, sino la ley para el hombre…)

    yo espero que mi hora sea siempre la de …. AMAR!!!

    un besotote Fer, precioso trabajo y apostolado!!!

    muak

    TeSs

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