Evangelio del Domingo 21 de septiembre – 25ª Semana del Tiempo Ordinario

Odres Nuevos en colaboración con la ONG Familia Franciscana Internacional

Domingo de la 25 Semana del Tiempo Ordinario, Ciclo A.
Domingo, 21 de Septiembre de 2008

“Para Dios todos somos hijos únicos”

“Para Dios todos somos hijos únicos”

Evangelio:

Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo (20,1-16):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
– El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: “Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido.” Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: “¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?” Le respondieron: “Nadie nos ha contratado.” Él les dijo: “Id también vosotros a mi viña.”

Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: “Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros.” Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: “Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno.” Él replicó a uno de ellos:

“Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?” Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.

Palabra del Señor.

Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola

Probablemente era otoño y en los pueblos de Galilea se vivía intensamente la vendimia. Jesús veía en las plazas a quienes no tenían tierras propias, esperando a ser contratados para ganarse el sustento del día. ¿Cómo ayudar a esta pobre gente a intuir la bondad misteriosa de Dios hacia todos?

Jesús les contó una parábola sorprendente. Les habló de un señor que contrató a todos los jornaleros que pudo. Él mismo vino a la plaza del pueblo una y otra vez, a horas diferentes. Al final de la jornada, aunque el trabajo había sido absolutamente desigual, a todos les dio un denario: lo que su familia necesitaba para vivir.

El primer grupo protesta. No se quejan de recibir más o menos dinero. Lo que les ofende es que el señor «ha tratado a los últimos igual que a nosotros». La respuesta del señor al que hace de portavoz es admirable: «¿Vas a tener tú envidia porque yo soy bueno? ».

La parábola es tan revolucionaria que, seguramente, después de veinte siglos, no nos atrevemos todavía a tomarla en serio. ¿Será verdad que Dios es bueno incluso con aquellos y aquellas que apenas pueden presentarse ante él con méritos y obras? ¿Será verdad que en su corazón de Padre no hay privilegios basados en el trabajo más o menos meritorio de quienes han trabajado en su viña?

Todos nuestros esquemas se tambalean cuando hace su aparición el amor libre e insondable de Dios. Por eso nos resulta escandaloso que Jesús parezca olvidarse de los «piadosos» cargados de méritos, y se acerque precisamente a los que no tienen derecho a recompensa alguna por parte de Dios: pecadores que no observan la Alianza o prostitutas que no tienen acceso al templo.

Nosotros seguimos muchas veces con nuestros cálculos, sin dejarle a Dios ser bueno con todos. No toleramos su bondad infinita hacia todos. Hay personas que no se lo merecen. Nos parece que Dios tendría que dar a cada uno su merecido, y sólo su merecido. Menos mal que Dios no es como nosotros. Desde su corazón de Padre, Dios sabe entenderse bien con esas personas a las que nosotros rechazamos.

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Primera Lectura

Salmo

Segunda Lectura

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Si quieres utilizar los dibujos de Patxi Velasco para Catequesis, Carteles, etc…, puedes descargarlos aquí:

“Para Dios todos somos hijos únicos”

“Para Dios todos somos hijos únicos” (B/N)

10 pensamientos en “Evangelio del Domingo 21 de septiembre – 25ª Semana del Tiempo Ordinario

  1. Hola

    El evangelio está muy interesante, y se pone mejor con el comentario de Pagola. Una pregunta: ¿Existe alguna página web o blog donde pueda ver comentarios semanales de Pagola? Me parece haber visto una pero no recuerdo… O en su defecto como los obtienen. Gracias. Saludos desde Perú. Por último este blog esta interesantísimo… sigan con el trabajo.

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  2. bueno que yo queria comentar que el evangelio estubo bonito y bien entendible y claro

    quiero que sepan que DIOS es nuestro señor

    que mandaron ha sus discipùlos los evangelios
    donde jesus narra su historia y escrita por el hombre de humildad

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  3. ¡¡Gracias Dios por no parecerte a nosotros!!! qué mal que estaríamos, viviríamos en condiciones de desigualdad absolutas, no digo que ahora todo sea igual para todos!!! ojalá así fuera, pero no lo es. Me refiero al AMOR de Dios para todos por igual, sin importar el tiempo dedicado a buscarlo, la vida dedicada a escucharlo, a hablarle, a meditar su Palabra. Gracias una vez más Dios por ser Dios.
    Me pareció conmovedora la reflexión al evangelio, me pasó lo mismo que el domingo, cuando en mi Parroquia, Padre José Raad, en su homilía me hizo sentir, taaaaaaaaaaaan pecadora e injusta como los trabajadores. ¿Quién soy yo para juzgar la bondad del Señor? ¿a caso no he esperado echada en la cama casi un tercio de mi vida, sin reaccionar a sus constantes llamadas? me pareció oír esa pregunta ante todo el mundo cuando mi cura hablaba y predicaba. ¡¡y dolió mucho!! así que una vez más ¡¡Gracias Dios!!

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  4. EN LA VIDA TERRENAL SE VIVEN MUCHAS INJUSTICIAS EN TODOS LOS AMBITOS, LABORAL, ESTUDIANTIL, FAMILIAR, PERO DEBEMOS PEDIRLE AL DUEÑO DE LA MIES QUE NOS AYUDE A SER JUSTOS Y BONDADOSOS COMO EL ES.. PODER CONTRIBUIR COMO TRABAJADORES EN SU VIÑA PARA NO SER PERESOSOS, NI ENVIDIOSOS… PORQUE LA ENVIDIA ES ALGO QUE NO NOS AYUDA A AVANZAR EN LA VIDA TERRENA. Y SABER QUE EN LOS ULTIMOS TIEMPOS DIOS DARA A CADA UNO EL FRUTO QUE HAYAMOS SEMBRADO.

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  5. Eva,

    Sería bonito que un día de estos tus hijas pusieran alguna aportación sobre qué les parecen los dibujos, las explicaciones… si no nos hacemos como niños ;)

    Un fuerte abrazo,

    Fer

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  6. Hola a Todos,

    Mª Luisa, me alegran mucho tus palabras. Me alegra que te sientas como en casa en mi Blog… que, ciertamente, es casa de todos y donde todos hacemos «hogar».

    Espero seguir viéndote por aquí.

    Un besote

    Fer

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  7. Esta parábola nos muestra el amor misericordioso de Dios padre ,el cual no hace diferencias con sus hijos a todos noa quiere por igual ,no esta en juego si nos portamos mal o bien lo unico que el busca es darnos su amor y sin medida ;por que El tiene otra forma de ver las cosas, no como nosotros que aveces actuamos con egoismos y poco amor al hermano.

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  8. Hola el evangelio esta muy bien explicado por lo general lo leeo con mis hijas y se los explico pero hoy mi hija al ver el dibujo entendio muy bien para Dios todos somos iguales., y me he leeido el pensamiento de la tarjeta y me encanto muchisimas gracias.Atte. Eva

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  9. El comentario sobre el Evangelio me pareció creativo, simple y

    profundo a la vez, ya que aborda realidades actuales e

    inherentes al ser humano.Muy comprensible para todas las

    edades y niveles. Agregaré el dibujo de Patxi Velasco a

    mi espacio.»El espacio de Meriluis» (consignando por supuesto

    el autor).Espero que la difusión del mismo sea de su agrado.

    Mi reconocimiento y felicitaciones .Me sentí en casa al entrar a su blog.

    Afectuosa mente:María Luisa

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