Lo esencial es invisible para los ojos…

Hola a Todos, Paz y Bien

clave musicalYa es viernes, pero como es Agosto, hay poca gente en Madrid, acabo de llegar de Mozambique y me queda todavía el regustito del viaje… ummm, no lo siento tan «viernes» como otros viernes del año, jejeje. Aún así: Por fin es viernes!

Ayer por la noche no podía dormir del calor que hacía, así que me dediqué a mirar documentos, textos, archivos… que tengo por ahí «almacenados» (por no decir «olvidados») y que, por una cosa u otra, no me da tiempo a abrir; ya sabéis, mi Baúl de los Recuerdos.

El caso es que leyendo por aquí, mirando por allá, retomé un texto que recuerdo me gustó mucho cuando lo vi por primera vez. Es una historia real que ocurrió en el Metro de Washington…

Ummm.. esta vez no os voy a contar nada, sólo que trata sobre la percepción, el gusto y las prioridades de las personas . A ver qué os parece a vosotros y al final lo comentamos, ok?

Un abrazote…. de viernes… de Agosto,

Fer

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En una estación del Metro de Washington.
Un enero a las 7:00 horas de la mañana

partitura y violínEn una fría mañana de Enero del 2.007, un joven sacó su violín en la entrada de uno de los Metros de Washington y comenzó a tocar. Durante 45 minutos interpretó seis complejas obras de Bach. Durante ese tiempo pasaron por esa estación algo más de 1.000 personas, camino de la Universidad, Colegios, trabajo…

A los cinco minutos un caballero, de los muchos que pasaban, se dio cuenta que había una persona tocando el violín en la estación. Un poco más tarde una mujer tiró un dólar al violinista, el primer «pago» de la mañana, agradeciendo su música en esa fría mañana de enero. Un poco más tarde, otra persona se paró a escuchar la música, pero al momento continuo su marcha al trabajo.

Según cuenta el propio violinista, quienes más atención pusieron a su música fueron los niños que por allí pasaron acompañando a sus padres, posiblemente en dirección al colegio. Uno de ellos se paró ante él ensimismado y tuvo que ir su madre a buscarlo para llevarlo de vuelta al metro. Esta situación se fue repitiendo con muchos de los niños que por allí pasaban, y todos los padres les insistían en no pararse y seguir caminando.

MúsicaEn los 45 minutos que estuvo tocando el violinista, sólo 7 personas se pararon y únicamente 20 le dieron algo de dinero, pero sin parar en su camino. Al final de los 45 minutos el violinista había recaudado 32 dólares.

Terminó de tocar, guardó el violín en su estuche, se hizo el silencio en la estación de Metro y pareció como si nadie hubiese advertido su presencia durante este tiempo. Por supuesto, no hubo aplausos ni ningún tipo de reconocimiento por las obras interpretadas; sólo silencio y gente pasando por la estación como siempre.

Ninguna de las aproximadamente 1.000 personas que pasaron por la estación, durante los 45 minutos que duró el concierto, se dio cuenta de que aquel violinista era Joshua Bell; uno de los mejores violinistas del mundo, interpretando las obras más complejas escritas alguna vez, con un violín valorado en unos 3,5 millones de dólares.

Sólo 2 días antes de esta actuación en el Metro de Washington, Joshua Bell llenó uno de los principales teatros de Boston, con una media de entrada de 100 dólares.

Esta es una historia real organizada por el periódico «The Washington Post«, como parte de un experimento social sobre la percepción, el gusto y las prioridades de las personas.

música y violínLa idea consistía en lo siguiente: si en un ambiente banal, como puede ser una estación de metro, a una hora intempestiva (a las 7:00 de la mañana), ¿se podría percibir la belleza? ¿La gente se detendría ante uno de los mejores intérpretes de música del mundo? ¿La gente se detendría a apreciar la belleza? ¿Reconocerían el talento en un entorno inesperado?

Una de las conclusiones a las que llegaron los sociólogos del Washington Post, ante este experimento, fue que si en nuestro día a día, en nuestros ambientes más cotidianos, no somos capaces de detenernos a escuchar a unos de los mejores músicos del mundo, interpretando la mejor música escrita… ¿Qué otras cosas nos estaremos perdiendo?

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No es mala pregunta, verdad? A saber la de «Genios» que pasan a nuestro lado ante nuestra indiferencia, y no sólo en el Metro… en nuestras casas, en nuestros trabajos, entre nuestros amigos… A saber la de obras de arte que pasan delante de nuestros ojos, día a día, sin que le prestemos el más mínimo interés…

Hace poco me mandaba un mensaje una amiga Ana. En el mensaje adjuntaba la foto de otro buen amigo y magnífico fotógrafo: Víctor Nuño. Era una foto tomada por un camino por el que ella estaba acostumbrada a pasar de forma habitual… hasta que un día gracias a otra visión, en este caso la de Víctor,  como ella mismo nos decía: «lo habitual se convierte en sorpresa, en nuevo colorido…  Y es que lo esencial solo se ve con los ojos del corazón…«

Creo que no podría terminar mejor mi razonamiento que con esta frase del Principito: «Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos»

Sería maravilloso que en lo «habitual», en lo «rutinario» pusiéramos siempre el corazón, quizá nos sorprenderían más violinistas de los que pensamos.

Os dejo con un vídeo de youtube del concierto de Joshua Bell en el Metro de Washington (es un resumen cortito, unos tres minutos, aprox).

Un abrazote,

Fer

11 pensamientos en “Lo esencial es invisible para los ojos…

  1. Es verdad a veces estamos tan apurados que no nos fijamos en los detalles , la música es hermosa hay que escucharla y sentirla , las personas que cantan o tocan tienen un don especial , me hizo analizar que en varias ocasiones salgo de la Oficina y fuera del metro hay alguien tocando escucho algo y me voy , no me doy el tiempo desde ahora voy a dedicar esos minutos valiosos de disfrutar la melodía.

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  2. Hola Fer BIENVENIDO que algria verte de nuevo y volver ha sentirte cerquita.

    Cuando he leido la entreda he pensado en cuando voy en el metro, en si yo me pararia a escuchar al musico, en mi rutina de metro de por las mañanas y me ha invadido un sentimiento de pena, pues yo seria de los que pasarian de largo.
    Me da tristeza pensar que la rutina diaria, las prisas, el aprovechar 5 minutos más de cama y luego ir con prisas, eso al ir a trabajar y a la vuelta, que tengo tiempo de disfrutar de los músicos, las prisas por las ganas de llegar a casa que me entran, hagan que me pierda lo esencial, lo invisible a los ojos.

    Un besazo siempre logras que me analice e intente cambiar aquello que me muestras debo cambiar.

    Que te sea leve la vuelta, que es muy dura, jejeje eso es lo bueno de no tener vacaciones, que no hay vuelta.

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  3. Justo la lectura dominical de Juan: «muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con El»…qué duro…a veces el amor está frente a nosotros y no le reconocemos…pero bueno tocar nuestra naturaleza nos permite vivir en la humildad y desde ahí en la verdad, sin ver a nadie por encima del hombro. No reconocer al Maestro… es siempre una novedad.. no le reconocemos en el Metro de Washington, en nuestro cotidiano; pero nos da la oportunidad de aplaudirle a lo grande en el imponente TEATRO del amor…el altar eucarístico. Gracias Fernando y bienvenido!!!!!

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  4. Bienvenido Fer!!!

    Qué ganas de que me cuentes todo sobre Mozambique. Por cierto, tienes que mandarnos las fotos.

    Sólo darte las gracias por hacerme ver los oasis de mi rutina

    Un abrazo fuerte hermano.

    Clown.

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  5. Hola a Todos,

    Gracias por las «Bienvenidas». Uno se siente «Bienhallado» -si es que existe esta expresión- con vuestra cercanía.

    Ciertamente, lo esencial se hace muchas veces invisible a nuestros ojos y, como le pasaba a mi amiga Ana, muchas veces necesitamos de otra visión, de otros ojos, que nos hagan ver las maravillas escondidas entre nuestras rutinas.

    Como también decía el Principito: «lo que hace hermoso al desierto, es el oasis que oculta en algún lugar» y, ciertamente, nuestro día a día está lleno de esos oasis ocultos por descubrir.

    Mónica, qué alegría volver a «leerte» por aquí!!

    ¡¡Bienvenidos también a «Los Nuevos» en el Blog!!

    Un abrazote fuerte a todos… de los que se encuentran en los oasis del día a día.

    Fer

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  6. Fer!! Me ha sorprendido un montón! Creo que utilizare esta historia para una dinámica. Muchas gracias por mandarnos estos pequeños regalitos y abrir tu baúl de recuerdos con todos nosotr@s.

    Bienvenido a España!

    Un abrazo!

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  7. HOLA FERNANDO
    MIENTRAS ESCRIBO ESCUCHO LA MÚSICA Y REALMENTE ES INCREÍBLE COMO VAN SURGIENDO TODOS LOS TONOS DE LO QUE ENTIENDO HA SIDO ESCRITO ESPECIALMENTE PARA QUE JOSHUA BELL INTERPRETE EN ESE MOMENTO.ES BELLÍSIMO¡¡¡GRACIAS.LU

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  8. YA HABÍA LEIDO EL MENSAJE.PERO ME PARECE ESPECIAL ESTA OCASIÓN PARA AGREGAR COMENTARIOS.NADA SUCEDE EN LA VIDA SIN QUE UNO SE PRESTE A PARTICIPAR DE ELLA.LO DEMÁS NO VALE LA PENA,O ES TRISTE O ES INSIGNIFICANTE.LO IMPORTANTE ES RESCATAR LAS PEQUEÑAS COSAS LLEGUEN COMO MENSAJES O DE CUALQUIER OTRO MODO.LAS PILAS SE PUEDEN RECARGAR CONSTANTEMENTE¡¡¡¡NO HAY LÍMITE PARA ESO¡¡¡TODO SUCEDE A TRAVÉS DE UNO MISMO Y ENTONCES LO QUE UNO CREE DIFICULTOSO VA FLUYENDO….
    ME CONECTÉ CON ESTA PÁGINA POR LA MÚSICA,PERO SIN DUDA DEBE HABER ALGO MÁS.QUE ES LA AVENTURA DE VIVIR DÍA TRAS DÍA.
    EN ESTA SEMANA ME HE JUBILADO,PERO REVIVO MIS EXPERIENCIAS CON LAS SITUACIONES QUE TU MANIFIESTAS,QUERIDO FERNANDO.
    ME GUSTA LA MÚSICA EN ESPECIL LA C LÁSICA Y ENTIENDO LO MANIFESTADO EN ESTE ARTÍCULO,PERO CADA SER HUMANO ES DISTINTO E INDEPENDIENTE,Y AUNQUE UNO CREA QUE SE EQUIVOCA,ES IMPORTANTE RESPETR SU ERROR.SÓLO ASÍ CRECEMOS.GRACIAS.

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  9. Hola! bienvenido!Es verdad andamos tan apurados…que no tenemos tiempo de mirar,y así nos distraemos y a veces olvidamos ver lo importante.Es bueno detenerse..Yo estuve en un retiro Ignaciano en Julio , de 9 días y es verdad ahora los viernes ya no son tan pesados .,Recargué las pilas!!!! y con ganas dde contagiar a otros..
    Felíz día a los catequistas! los que como vos llevas el mensaje de diferentes maneras.
    Saluditos.Irene

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  10. Ciertamente, las prisas, las preocupaciones y las ocupaciones no nos permiten ver mas allá de nuestra nariz. Sin duda, como Francisco de Asis, es conveniente retirarnos en el silencio y la soledad para recobrar la sensibilidad de nuestro corazón. Alguien que conozco, me comentó en cierta ocasión que se consideraba un amante de la vida porque le gustaba hacer cosas. Si, parece contradictorio, lo que él consideraria un rechazo a la vida, nos humaniza y nos vuelve la mirada hacia los otros en un impulso hacia una fraternidad universal.

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