Hola a todos, Paz y Bien.
Esta mañana he participado en una jornada a la que me ha invitado AESTE (Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia), bajo el título: “100 años de vida, 100 años de legado: voces centenarias y cuidados en el envejecimiento”.
Ha sido una maravilla —y un privilegio— poder escuchar el testimonio de vida de cuatro residentes, todos mayores de cien años, presentes en el acto.
AESTE ha elaborado un estudio de investigación entre sus residencias de mayores, con un enfoque específico y cuantitativo, para evaluar las características y el estado de bienestar de los residentes centenarios. Un estudio muy interesante, que bien podría extrapolarse al resto de residencias de mayores en España e, incluso, a la sociedad en general. Algunos datos destacados: el 86,3 % de las personas centenarias en residencias son mujeres. El 41 % mantiene un funcionamiento cognitivo normal o presenta solo un deterioro leve. Y el 9,4 % conserva una independencia total.
Actualmente, AESTE cuenta con 1.146 residentes mayores de 100 años en sus centros. Resulta llamativo saber que la mayoría de ellos ingresaron hace, de media, entre tres y cinco años, lo que indica que las personas mayores permanecen cada vez más tiempo en sus domicilios. Este dato rompe con la idea de fragilidad o dependencia absoluta en edades avanzadas, y consolida a las residencias como espacios de permanencia, acompañamiento y estimulación.
Y hasta aquí los datos. Porque lo más hermoso de la jornada fue, sin duda, escuchar a estos residentes centenarios. Su sabiduría, su historia de vida. Su capacidad de adaptación a los cambios —en especial los tecnológicos— de una sociedad que avanza a toda velocidad. Nos decía María, de 105 años: “Yo no salgo a ningún lado sin el móvil en el bolso”.
Pero, sobre todo, nos regalaron consejos valiosos dirigidos a las nuevas generaciones:
- “Sed positivos en la vida. Ser positivo, pensar bien, te lleva a ser buena persona”.
- “No dejéis de hacer deporte, de bailar. Manteneos lo más activos posible”.
- “En la vida hay que esforzarse para conseguir las cosas. Hay que trabajar duro”.
Todos ellos han vivido momentos felices, y también duros. Al recordar el periodo de guerra, nos interpelaban con la serenidad que solo dan los años: “Parece que ahora la gente no quiere entenderse. No se escuchan”.
En la inauguración del acto, el Viceconsejero de Familia, Juventud y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, Pablo Gómez-Tavira, nos decía: “Donde hay un mayor, suele haber conciliación e integración”. Y lo ilustraba con un ejemplo cotidiano: cuando en una reunión familiar el ambiente se tensa, suele haber una persona mayor que, con una simple frase, calma los ánimos: “Venga, no os enfadéis, que no merece la pena”.
Hay una frase de la escritora austriaca Marie von Ebner-Eschenbach que resume muy bien los consejos que nos han transmitido y que —al menos en mi caso— me interpelan profundamente: pensar en positivo, ser buenas personas, esforzarse, no enfadarse por cosas menores…
«En la juventud aprendemos, en la vejez entendemos.»
Un abrazo enorme… de esos que concilian e integran,
Fernando
Odres Nuevos
