Con estos días tan ajetreados, casi se me olvida pasaros la reflexión sobre la Trinidad que he hecho para el Grupo Pase Estepona.
La podéis ver en su Web, además de otras cosas muy interesantes.
Aquí os dejo el enlace:
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Un fuerte abrazo… de domingo,
Fer
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Qué gran acierto celebrar la Fiesta de la Santísima Trinidad el domingo siguiente a Pentecostés, pues es el Espíritu el que hace presente a Jesús en la comunidad. Es el soplo que nos llena, nos hace abrir las puertas cerradas y salir a hacer discípulos, a proclamar el Evangelio a todas las personas y a todos los pueblos: «Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. »
Para llegar hasta aquí hemos ido viviendo los mensajes de Cuaresma y de Pascua. Hace unas semanas celebrábamos que Cristo salvó al mundo y, acto seguido, recibimos el soplo del Espíritu sobre todos nosotros, sus discípulos, para ponernos en camino.
Hoy Jesús nos da la clave de nuestra vida como discípulos, de nuestra vida como cristianos. Jesús no quiere unos discípulos parados, unos discípulos metidos en casa, con miedo, con las puertas cerradas. No, Jesús nos envía: “Id”, nos mueve, nos saca de casa, nos saca de nuestras comodidades – nos lleva al monte -, nos hace arriesgar como Él arriesgó, y, al igual que en Pentecostés, en este envío vuelven a estar presentes junto a Él, el Padre y el Espíritu: “Id y haced discípulos… en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
Aquí es donde yo veo la clave de la Trinidad: en la “Unidad”. Toda la vida de Jesús transcurre en esta Unidad entre Él, el Padre y el Espíritu, y ésta es la misma unidad que Jesús pidió al Padre antes de ser entregado: “Como tú, Padre, estás en mí y yo en Ti, que ellos también sean uno en nosotros”
En definitiva, esto es a lo que estamos llamados: a hacer Unidad, a salir de casa, salir de nuestras comodidades, proclamar su mensaje, ser testimonio y, a ejemplo de la Trinidad, ser Iglesia Unida: ser Uno en el Padre, el Hijo y el Espíritu.
Como canta mi hermanillo Paco Fernández del Amor: “Te ruego padre que todos sean uno como Tú y yo somos uno”
No quiero terminar sin recordar una oración Irlandesa que dice así:
Tres pliegues en una sola tela, pero no hay más que una tela.
Tres falanges en un dedo, pero no hay más que un dedo.
Tres hojas en un trébol, pero no hay más que un trébol.
Escarcha, nieve, hielo…, los tres son agua.
Tres personas en Dios son, asimismo, un solo Dios.
Fernando Mosteiro
Odres Nuevos
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Fernando: Cada día en ese nuevo despertar que la vida me regala, no me canso de bendecir el momento que Dios lo puso en mi camino para enseñarme ha conocer mas de la palabra de Dios, a traves de internet, muchas gracias
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ESTIMADO FER:
¡BUENOS DÍAS Y FELIZ JORNADA Y SEMANA! ¡GRACIAS POR TU COMPARTIR! Está muy bien tu reflexión, sobre todo cuando indicas que Dios Comunidad de Amor, busca que salgamos de nosotros mismos para compartir con los demás. Un fuerte abrazo:
IÑAKI
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La oración irlandesa es una maravilla (las tradiciones populares son siempre muy sencillas y muy didácticas) y, como decía Rogelio, a mi también me ha gustado mucho lo de ser Iglesia unida.
Un fortísimo abrazo Fer.
José L.
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En verdad que es un gran placer leer tus reflexiones, ya que son bien entendidas y comprendidas en todos los sentidos, Saludos Fer. Dios nte bendiga y acompañe siempre.
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Lo mismo que Rosa, es un regalo leerte.
Me ha gustado mucho la reflexión, el enfoque de que tenemos que ser Iglesia Unida.
Un abrazo Fer,
Rogelio
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Me encantó Fer. Muchas gracias por tu profundidad. Es un regalo leerte.
Un beso con mucho cariño.
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