Hola a Todos, Paz y Bien,
Hoy, 1 de diciembre, además de comenzar el Tiempo de Adviento, conmemoramos al Beato Carlos de Foucauld.
Carlos de Foucauld, mientras se encontraba en la Trapa de Akbés (Siria) (1890-1896) para su oración personal, realiza una serie de meditaciones de los Evangelios que hacen referencia a la conversación del alma con Dios.
Al comentar Lc 23, 46 “Padre mío, en tus manos encomiendo mi espíritu”, Foucauld escribe: Esta es la última oración de nuestro Maestro, de nuestro Bienamado… Pueda ella ser la nuestra… Y que ella sea, no solamente la de nuestro último instante, sino la de todos nuestros momentos:
”Padre mío, me entrego en vuestras manos; Padre mío, me abandono a Vos; Padre, Padre mío, haz de mi lo que os plazca; sea lo que hagáis de mí, os lo agradezco; gracias de todo, estoy dispuesto a todo; lo acepto todo; os agradezco todo; con tal que vuestra Voluntad se haga en mí, Dios mío; con tal que vuestra Voluntad se haga en todas vuestras criaturas, en todos vuestros hijos, en todos aquellos que vuestro Corazón ama, no deseo nada más Dios mío; en vuestras manos entrego mi alma; os la doy, Dios mío, con todo el amor de mi corazón, porque os amo y porque esto es para mí una necesidad de amor: darme, entregarme en vuestras manos sin medida; me entrego en vuestras manos con infinita confianza, pues Vos sois mi Padre…”
(C. FOUCAULD, Escritos espirituales, Ediciones Studium, Madrid 1958, 32).