Hola a todos, Paz y Bien
Necesitamos escuchar y que nos escuchen. Oír es una función básica del sistema auditivo. Es involuntaria, no requiere de interpretación ni concentración en lo que se oye. Es simplemente la percepción del sonido.
Escuchar implica mucho más. Es un acto consciente que nos obliga a prestar atención, a concentrarnos y poner intención de interpretar lo que estamos escuchando.
Si entramos en el ámbito de las relaciones interpersonales, deberíamos dar un paso más y enfocarnos en la escucha activa, donde no solo debemos prestar atención a las palabras de la persona que nos habla, sino también a su lenguaje corporal, al tono, incluso a las emociones que nos transmite. Y, sobre todo, como decía Stephen R. Covey, escuchar con la intención de comprender lo que nos están diciendo, no con la intención de responder. Escuchar sin juzgar, sin estar predispuesto a dar nuestra opinión, nuestro consejo o nuestra interpretación.
Escuchar de manera consciente es valorar a la persona que te está hablando. Es dar importancia a lo que nos quiere expresar, a sus vivencias, a su vida. Decía San Luis, Rey de Francia, que escuchar con paciencia es, a veces, mayor caridad que dar.
Os dejo con una reflexión que se atribuye a Marco Aurelio sobre la escucha:
“Acostúmbrate a prestar atención a lo que dice otra persona y, en la medida de lo posible, procura entrar en su mente. Por lo general, primero hay que aprender muchas cosas antes de poder juzgar la acción de otro con conocimiento.”
¿Qué más decir? Pues eso, que te escucho.
Un fuerte abrazo… de los que escuchan incluso el silencio,
Fernando
Odres Nuevos







