Solo la Cruz

Hola a Todos, Paz y Bien

Reunidos en oración alrededor de la Cruz esperamos con María compartiendo su soledad y esperanza.

“Todos hemos experimentado esa “extraña” sensación al entrar a una iglesia un Sábado Santo: nuestros ojos se clavan en la desnudez del altar, -acostumbrados como estamos a verlo ricamente adornado con manteles y flores-. El altar desnudo, la cruz… Nada más. Los cristianos permanecemos así cada Sábado Santo: a la espera de la Resurrección del Señor, reunidos en oración alrededor de ese altar desnudo, y de esa cruz. No es un día de grandes actos, ni jolgorios ni ruidos. El Señor ha muerto; ha sido puesto en el sepulcro. Es momento de pararse. Nos unimos a toda la Iglesia en el rezo de la Liturgia de las Horas, a la espera de la Pascua del Señor. Es el día de la contemplación de la muerte de Jesús; día de silencio, de la espera por excelencia. Murió el Maestro.
¿Quedan aquí en el sepulcro sus palabras, sus gestos, su obra? Esperar junto al sepulcro de Jesús es ser signo de confianza en Dios, que lo puede todo, incluso resucitar de entre los muertos para darnos vida a nosotros.

Algo hermoso en este día es que esperamos con María. Esperar con la Madre de Jesús, -nuestra Madre, la que Él nos dio desde la cruz- es diferente. Compartimos su soledad esperanzada, que nos anima a confiar contra toda desesperanza, en que las palabras de Jesús jamás defraudan: «Al tercer día, resucitaré».
No celebramos la Eucaristía hasta la solemne Vigilia Pascual ya, como parte de las celebraciones del domingo de Resurrección -la fiesta de las fiestas-. Será el triunfo de Cristo sobre el pecado; el triunfo de la Vida sobre la muerte; de la luz sobre la oscuridad. ¡Bendita noche, que nos lleva a esa luminosa mañana, cuando el Sol que nace de lo alto ilumine al mundo con el resplandor de la Resurrección!”

Un abrazo… de espera en oración,

Fer

#OdresNuevos #SabadoSanto

Simón de Cirene

Buenos días a Todos, Paz y Bien

Qué bien llegar a Madrid y que ya sea JUUUEVEEES!!! Aunque volver de la Tierra siempre te deja esa sensación de «morriña» que tarda unos días en pasar.

Esta mañana preparando el archivo de las lecturas del Domingo para la ONG, y leyendo el Evangelio de este Domingo de Ramos, la parte que habla de Simón el de Cirene; me he acordado de una canción de Julieta Venegas, que os paso más adelante….

«Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a que llevara la cruz…»

Esta frase me ha hecho pensar la de veces que no soy capaz de coger directamente la Cruz y, al igual que Simón, muchas veces tiene que venir alguien a «despertarme» y decirme… Anda coge la Cruz y deja de mirar desde la orilla.

Simón de CireneOs imagináis a Simón… ahí, entre el gentío de personas que miraban, pasando desapercibido, pero viendo claramente la situación, siendo consciente de la situación que se estaba viviendo… y, de pronto, alguien le coge, le saca del medio de la multitud, le «despierta» y le dice TÚ DEJA DE MIRAR Y AYUDA A ÉSTE.

Pues es un poco lo que me pasa a mi muchas veces, que estás ahí, en medio del gentío, mirando sin decir nada, tapadito con la gente, pasando inadvertido; pero no sin dejar de ser consciente de las injusticias, de los malos momentos de los otros, de……tantas y tantas cosas.

Mi momento de Cuaresma es un poco esto, el pararme a pensar si no estoy siendo demasiado «espectador», si no me he acomodado entre la multitud y miro los problemas, las necesidades, las injusticias… como si fueran un escaparate al que no me meto.

Quizá la Cuaresma sea un poco como ese soldado romano que te coge, te saca del gentío, te «despierta» y te dice TÚ DEJA DE MIRAR Y PONTE A AYUDAR…

Bueno, no me enrollo más… aquí os dejo con la Canción que es todo lo contrario, es como una invitación a compartir… «Si quisieras andar conmigo…».

Creo que Jesús, al contrario que el soldado romano, nos invita a ir con Él desde nuestra libertad… «Si quisieras andar conmigo…», «Si quisieras cargar mi cruz…», «Si tú supieras cuanto te amo…», «Si conocieras el don de Dios»…

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