Hola a todos, Paz y Bien.
Me acaban de comunicar que ha fallecido el padre de una buena amiga. Aunque hace ya mucho tiempo que no coincidíamos, guardo un muy buen recuerdo de él. Una persona familiar, cercana y muy agradable. Vaya hoy mi oración y mi recuerdo con él y su familia.
Me viene a la mente el versículo de Eclesiastés 3:1-8, que habla de que todo tiene su tiempo y su momento: Tiempo de nacer y tiempo de morir… Tiempo de plantar y tiempo de cosechar… Tiempo de llorar y tiempo de reír… Tiempo de callar y tiempo de hablar.
El tiempo. Algo que no podemos ver ni tocar, pero que marca el ritmo de nuestra vida. Cada uno sabe en qué tiempo está y, sobre todo, cómo quiere gastarlo.
Recuerdo un pasaje de El Principito, en el que se encuentra con un vendedor de píldoras para calmar la sed:
—Buenos días —dijo el principito.
—Buenos días —dijo el vendedor.Era un vendedor de píldoras perfeccionadas que calmaban la sed. Se tomaba una por semana y ya no se sentía la necesidad de beber.
—¿Por qué vendes eso? —preguntó el principito.
—Es una gran economía de tiempo —respondió el vendedor—. Los expertos han hecho cálculos: se ahorran cincuenta y tres minutos por semana.
—¿Y qué se hace con esos cincuenta y tres minutos?
—Se hace lo que se quiere…Yo —se dijo el principito—, si tuviera cincuenta y tres minutos para gastar, caminaría lentamente hacia una fuente…
Hoy es un buen día para gastar nuestro tiempo en recordar y dar gracias por la vida de nuestros seres queridos.
Un fuerte abrazo, en especial para Pilar y su familia… de los que acompañan,
Fernando
Odres Nuevos


